Durante su Ángelus dominical, Francisco anima a las parejas cristianas a perseverar en el amor, el matrimonio y la acogida del hermoso don de la vida, que reconoce que es exigente, pero merece la pena.
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
El amor conyugal fue el centro de la reflexión del Papa Francisco antes de la oración mariana del Ángelus este domingo 6 de octubre, XXVII del Tiempo Ordinario, refiriéndose al Evangelio del día según san Marcos 10, 2-16.
Dirigiéndose a miles de fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro en una jornada otoñal, con un sol radiante, el Obispo de Roma invitó a no olvidar que para los esposos es esencial estar abiertos al don de la vida, “de los hijos, que son el fruto más hermoso del amor, la bendición más grande de Dios, fuente de alegría y de esperanza para cada hogar y para toda la sociedad”.